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Angel Boliver, en su estudio de Las Flores 126, Coyoacán, frente al retrato de Beatriz Reynaud, ca. 1980.

Veo algunos retratos, todos con bastante buen dibujo, parecido y buena técnica. Todos iguales, parejos. Las caras, los trajes, el fondo, el pelo, trabajados en la misma forma: pasta media con blanco y negro y colores. ¡Lo que no hubiera hecho Rembrandt!

En el caso de estos retratos todas las partes están trabajadas con colores sordos. Los negros no son negros, porque no son tintas puras de negro con color, sin blanco. La piel, las caras, no tienen la resonancia interior que se deje ver de una tinta cálida roja anaranjada, clara de base, sobre la cual dar, ahora sí, las carnaciones con color y un poco de blanco. ¡Lo que Rembrandt hubiera hecho!

Los fondos. Un fondo sordo con grises sobre pardos. Los grises hechos con blanco y color, los pardos con tintas puras.

El pelo con tintas puras cálidas, negras o pardas, con luces muy breves y brillos con blanco y color.

Los trajes color puro de base o con un poco, muy poco blanco, si el color puro es brillante para dar una base clara y brillante, del color que va hacer el negro.

Los blancos del cuello. Una tinta del color del fondo, tinta pura sin blanco. Encima la pasta blanca del color de su luz, o sea blanco.