SerieVariaciones sobre un autor

Variaciones sobre un pintor

Una supuesta contradicción o lo disímbolo aparente. Puse en mi estudio todas las obras que integran esta exposición, recargadas en la pared, sobre los muebles, colgando del techo, y me dije de primera intención: “¿Cómo que no checan?”; les di vueltas, modifiqué el orden que había pensado primero, y nuevamente me dije: “¿Cómo que no checan?” ‒son varios estilos, varias corrientes plásticas‒, pero seguí retocando unos, enmarcando otros. Boliver, mi otro Boliver, surgió del conjunto de cuadros y me dijo: “¿Qué te preocupa, qué te pasa?”. “Que este conjunto de cuadros y dibujos me desconcierta, mira, cuadros geométricos, realistas, simbólicos, abstractos, obras de factura clásica”. “Efectivamente ‒me dijo mi otro Boliver‒, lo que hemos realizado han sido gestos, actos de libertad creativa, ya que entendemos que la libertad es un acto que cambia o reacomoda, y en este conjunto de obras hay una serie de actos continuos de libre acción”.

El conjunto de cuadros y de dibujos empezó a girar levemente, como en un carrusel sin prisas, y las líneas, los tonos, los colores se armaron en una unidad congruente, rica y variada. Ya no hubo desconcierto, vi que toda la obra se une por el mismo esfuerzo, por el mismo apasionado propósito con que está facturada, con la más dedicada devoción y el empleo de lo mejor que sé. Ahora, en este momento, me encanta ver estos conjuntos aparentemente disímbolos, opuestos, me parece estupendo mirarlos todos a un mismo tiempo. ¡Lo demás vale gorro!